Lo cierto es que cada paso, cambio y/o reforma que afecte al mercado financiero español, y la relativa a los desahucios es una de ellas, debe ser sopesado muy mucho porque un paso en falso podría llevar a nuestra economía a una situación peor.
La cuestión por la que el Gobierno ha decidido no entrar en profundidad a reformar esta ley hipotecaria radica en que la economía española está sustentada en gran parte en las cédulas hipotecarias que tienen como garantía los préstamos hipotecarios. Los bancos españoles han sido receptores de unos 426.000 millones procedentes del exterior a cambio de cédulas garantizadas por el reembolso del dinero prestado para la compra de viviendas. Este es el quid de la cuestión y es por lo que el Banco Central Europeo (BCE) ha advertido de que un cambio normativo sobre desahucios y daciones en pago pueden perjudicar a estas emisiones provocando una situación de desconfianza.
Ante este panorama, no creo que los bancos, antes de desahuciar a un ciudadano y quedarse con su vivienda, no hagan todo lo posible para llegar a un acuerdo con el cliente por todos los medios. No les interesa seguir acumulando ladrillo a sus carteras . Por eso los bancos dieron un paso al frente cuando Gobierno y oposición decidieron tomar medidas en relación a los desahucios, se adelantaron y propusieron la congelación durante dos años de los pagos de las hipotecas en casos de extrema necesidad.
Con todo esto, y teniendo en cuenta que tras cada desahucio hay una historia de personas reales, que sufren, familias enteras que se ven en la calle, yo lanzo una reflexión: ¿son suficientes las medidas llevadas a cabo hasta ahora en relación a esta cuestión?. ¿Crees que se debería acometer una reforma más profunda de la ley hipotecaria?
Ivan Bedia
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